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El Radioadicto, Noticias de la Radio

Deberíamos exigir más a la clase política

Deberíamos exigir más a la clase política

Si su cara dice quizá poco al gran público, su hoja de servicios habla sola. Rafael Martínez Simancas (Rute, Córdoba, 1961) es un todoterreno, multimedia o como se catalogue a quien toca todos los palos en medios de comunicación. Articulista, guionista de televisión y presentador ocasional, bloguero, tertuliano, opinador, conductor radiofónico y, siempre, «escritor en comisión de servicios». Hace una semana retornó a Punto Radio, la cadena que vio nacer en 2004. Conduce, de diez a doce de la noche, de lunes a viernes, la tertulia del programa ’De costa a costa’, sexta temporada.

-¿Una tertulia más?
-Una tertulia ’con periodistas’, me gusta mucho subrayarlo, gente que patea la información, que conoce el Congreso, el Senado, que tienen noticias. No son políticos, no viene aquí un portavoz parlamentario a darme la doctrina. Yo creo que las tertulias debe hacerlas la gente que maneja la información, la que luego puede opinar con mejor causa.
-¿Y el riesgo de esos periodistas generalistas que ’saben’ de todo?
-Me lo dicen mucho. ’Es que opináis de todo’, y es verdad, es un riesgo. Puedes hablar igual de ’Pepito’, el dinosaurio de Cuenca, que de la reforma laboral. Bueno, de la reforma laboral hablaremos con más sentido común y de ’Pepito’ aportaremos nuestro lado científico (risas). Pero también sería un rollo tener una tertulia sólo de antropólogos, aunque a mí me habría gustado ser antropólogo.
-¿Caben todos los temas o hay alguno vetado, el corazoneo o similar...?
-Cabe toda la actualidad, nacional, política, economía... y al final del programa hemos maquinado una sección con ’las otras noticias’, cosas que no son portada, no son editorial, pero de las que la gente habla, y vuelvo, por ejemplo, a ’Pepito’ el dinosaurio, o estudios científicos curiosos, como el de que los hombres ligan más si bailan como Travolta... Es un programa generalista para dar la mejor información al oyente más perspicaz, que decía ’La Codorniz’.
-¿Quién escucha la radio hoy?
- Todo el mundo. La radio no está mucho más allá de un metro de distancia de donde uno está. En casa, en el baño, en la cocina, en el coche. Es una referencia continua. Eso siempre ha sido así. Está en los genes. La radio no se inventó en Grecia, pero casi.
-Dado que es una tertulia muy política, mójese ¿Cómo ve el país?
-En un momento económicamente muy difícil, socialmente quizá demasiado aborregado, con la gente muy conforme dadas las dificultades que vivimos, y me parece que los políticos, en general, deberían dar un poco más, ponerse las pilas. De hecho son uno de los principales problemas, según las encuestas del CIS. Deberíamos ser más exigentes con la clase política.
-Tiene una carrera ancha y larga a la espalda. ¿Culo de mal asiento o que le salen novias por todas partes?
-Yo he tenido mucha suerte de trabajar con los mejores de la radio, con Carlos Herrera, Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo, con Julia Otero, con Carlos Llamas, en la Ser, en la Cope, en Onda Cero, y ahora en Punto Radio. De todo eso he aprendido. Y siempre he sido feliz y libre, y cuando no lo he sido he dicho discretamente adiós.
-Augúrele un futuro al periodismo, tan en crisis.
-Yo no sé qué tipo de periodismo vendrá, si el del blog o cuál, pero el periodismo lo hacemos los periodistas. Aunque no tenemos nada por encima de los demás, el oficio nuestro es saber contar las cosas. A mí la opinión de los oyentes me interesa mucho pero nunca le doy la categoría que puede tener la de un periodista, porque ni estructuran igual, ni narran igual. No es lo mismo. Suprimiríamos los periódicos por las juntas de vecinos, y eso no es posible.
-Va por el sexto libro, creo.
-Mi segunda novela. Es sobre Igueriben, un puesto militar en Annual (Marruecos), año 1921. Firmando en la Feria del Libro alguien me preguntó ’Annual, ¿quién es Annual?’. Allí murieron 18.000 personas en una semana. El desconocimiento de la historia que hay en este país es acojonante.
-Dice ser lector y dormilón vocacional.
-Creo que mi vida es ser lector. Y sí, duermo muy bien. Será la conciencia tranquila, o igual es la inconsciencia (risas).
FUENTE: El Diario Montañés

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